miércoles, 5 de agosto de 2009


Por
Julio Perelló/Opinión Itinerante.


La Romana, Rep. Dom.- Recientemente algunos científicos norteamericanos dieron a conocer el hallazgo de una osamenta, casi completa, de lo que podría ser la de un mono, en una cueva de la histórica aldea de los pescadores, Bayahibe, situada al este de la República Dominicana.


La noticia es interesante desde el punto de vista de la historia que de una manera u otra debe dejarse como legado a las futuras generaciones. Se entiende lo trascendental de este hecho, sabiendo que Bayahibe como concepto de formación tiene un tremendo referente histórico en lo que fueron sus pobladores, en especial la raza indígena.


Todo eso y más está muy bien. Pero, porqué esos científicos no se trasladan a la ciudad de La Romana y dé a conocer el hallazgo de más monos en la televisión local. Individuos que muestran sus frustraciones con el color de la piel y lanzan sus venenoshacia una población que en momentos determinados le tendió la mano.


Monos que suelen imitar a personas que han contribuido de manera positiva a la sociedad y ellos ante la carencia de talento y de carisma, son capaces de armar todo un andamiaje de maldad en la búsqueda de espacios públicos.


Monos, cuyas osamentas está materializada de sucios cartílagos que generan espacios de perversidad. Monos, que no representan a nadie, ni siquiera ellos mismos, con cerebros sin acentos de productividad positiva. Pero si un cerebro lleno insatisfacciones personales que buscan proyectarlas en otros.


Entonces, ojalá que los científicos norteamericanos se den una vuelta por la ciudad deLa Romana, para que aparte de anunciar al mundo los monos de la televisión, puedan traer tratamientos para que se adecuen a los seres humanos, en proyecciones de sensibilidad, comedimiento, altruismo, sentido común y lo más importante que se acepten a si mismos, dejando atrás su mundo de complejos..

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